miércoles, 29 de diciembre de 2010

1. SER MEXICANO EN EL SIGLO XXI

Desde hace casi una década comenzamos a escuchar cada vez más sobre los mexicanos que viven en Estados Unidos. Es así que notamos la importancia de las remesas que envían los trabajadores migrantes desde ese país, nos enteramos de como se confunden en una colorida ensalada mediática las historias de los migrantes con las historias de los chicanos y otros latinos, encontramos en los medios historias de éxito de descendientes de mexicanos, aunque ya casi no hablen español, y vemos con asombro el gran impulso que le da la clase política de este país al voto en el extranjero, metiendo en una misma bolsa a los viajeros, los migrantes, los chicanos y los latinos.
En verdad, luego de oir, ver y no poder evitar la catarata de noticias que nos asaltan sobre los mexicanitos que andan por el extranjero, o sus hijos o nietos nacidos por los rumbos del país del norte, uno se pregunta qué demonios está haciendo en este México de pobretones, inseguros, mediocres, perdedores, indios, deprimidos, corruptos, vivales y otro glosario de palabras que son frecuentes en nuestros discursos cotidianos. La gran confusión que nos orilla a estos desatinados pensamientos resulta de una realidad que deprime, al darnos cuenta de lo poco creativos que son nuestros medios de comunicación, lo poco mexicanos que son nuestros gobernantes, legisladores y jueces, así como lo estúpida que parece nuestra población mediana, aún más en períodos futboleros, de luchas, de box o de cualquier cosilla que engatuse en una ilusión de libertad su única neurona sobreviviente.
De verdad, duele ser mexicano cuando vemos que las necesidades más sentidas de nuestro país no se resuelven, y que se inventan otras por la magia de los discursos y las acciones no planeadas de gobernantes bobalicones, impunes e inamovibles.
Recuerdo que durante el sexenio de Zedillo una mujer escribió en la sección "Correo del lector" de La Jornada que ante el desastre nacional quería el exilio y nacionalizarse sueca, y pedía informes para poder lograrlo. No dudo que más de uno diría ahora lo mismo, quizá para convertirse en gringo.
¿Qué podemos hacer? Nosotros, pobres mexicanitos..., muchos de los cuales acostumbramos responder "mande" o "mande usted" a la menor aproximación..., con una actitud cultural servil desde la primera respuesta. ¿Qué podemos hacer? Creo que debemos ejercer una resistencia civil pasiva contra quienes detentan el poder: Político, económico, cultural, social... Sólo reconociéndonos como ciudadanos y ejerciendo nuestros derechos y obligaciones con completa convicción es como podremos hacer algo. Este ejercicio ciudadano debe incluir la información y la resistencia pasiva, o sea, la manifestación que impida que los males continúen, aunque eso implique revocar decisiones ciudadanas, así como estar más informados de lo que ocurre en nuestro país, y no menos de lo que pasa con los mexicanos que por las buenas o por las malas se fueron al extranjero, y que por lo mismo no les corresponde decidir lo que nos toca a quienes nos quedamos aquí.
A los dormidos se les debe despertar, pues la narcolepsia ocurre a muchos a nuestro alrededor, quienes confunden la humildad con la falta de compromiso, o quienes prefieren vivir en el reino de la necesidad y siempre estar estirando la mano en espera de lo que les den.
¡Viva la diversidad! ¡Viva la diferencia! ¡Viva la comunión de las conciencias para encontrar solución a las necesidades! ¡Viva yo!

lunes, 27 de diciembre de 2010

0. ¿POR QUÉ ESTE BLOG?

Recuerdo que cuando investigué hace algunos años sobre Ernesto Albertos Tenorio encontré un personaje atormentado, que enfrentó su entorno con su palabra lúcida y recibió todo tipo de adjetivos descalificadores y peyorativos, pues constantemente rompía el velo de la autocomplacencia que se requiere para que florezca la paz soporífera y bucólica que tanto se exalta, y que ora se le llama equilibrio, orden y progreso, o de otra manera grandiosa y totalizadora que no deja cabida a los disensos, la alteridad no alineada, ni a la heterogeneidad.
La mejor interpretación sobre lo que parecía acontecer en la relación de Albertos Tenoria y la sociedad yucateca que le dio la vida la pude encontrar en una biografía sobre Rimbaud, en donde el autor interpretó que la claridad de la mirada era la responsable del ánimo irascible del poeta, que lo hacia ser como la pieza que no embona en el rompecabezas.
La CLARIDAD... eso pretendo con este blog, y no porque piense que siempre tengo la razón en todo, sino porque tengo una opinión y quiero ponerla en la red. Sólo es eso.
Quiero jugar aquí con lo que me causa ADMIRACIÓN, con lo que me provoca FASCINACIÓN, con lo que me hace sentir vivo. A veces podré parecer duro, a veces cinico, jugaré con la ironía... No importa. ¡Viva yo!