sábado, 27 de agosto de 2011

9. Huele a GAS... NATURALmente

En lo que llevamos del año, se ha incrementado la cantidad de personas que llegan a nuestras viviendas alegando que son técnicos enviados por la empresa monopolizadora del gas entubado en el Distrito Federal. Esto no tendría nada de raro si no fuera porque en muchas ocasiones se retiran dejando un reporte de que el medidor está dañado y una recomendación de acudir a una sucursal de la compañía gasera para ser informado de lo que se hará.
Normalmente, los consumidores acuden a la referida sucursal y tienen que pasar el via crucis de un pésimo servicio por el que generalmente perderán entre dos o tres horas de antesala, además de que recibirán un trato plagado de amenazas, mentiras, desinformaciones y cochupos... si, entendimos bien, cochupos, pues la empresa Gas Natural ofrece a sus usuarios la firma de un convenio, pasando por encima de cualquier contrato que supuestamente debiera existir.
Entre las mentiras podemos destacar las siguientes:
1) Que todos los consumidores alteran sus medidores para pagar menos gas.
2) Que los costos de cambiar los medidores o de las visitas de mantenimiento corren a cuenta del consumidor.
3) Que de todo esto está enterado y conforme el Gobierno del Distrito Federal.
4) Que la Procuraduría Federal del Consumidor y al Comisión Reguladora de Energía están al corriente y conformes con lo que hace la gasera.
Las amenazas van desde sugerencias de que uno ha dañado el medidor, aunque el tipo de daño se preste a "interpretación", pues sabemos de casos en que se repitieron, casi en días sucesivos, las visitas de distintos técnicos de la gasera a un mismo domicilio, diagnosticando ambos cosas diferentes sobre un único medidor.
En una ocasión, supimos por una señora que ella misma presenció cuando los técnicos de la gasera rompieron los engranes del medidor. Cuando la encontramos, discutía acaloradamente con ellos, quienes a su vez negaban que ellos hubieran realizado el estropicio y pretendían dejarle una hoja de reporte donde indicaba que su medidor tenía daño.
Asimismo, cuando se encuentran casos de medidores que no funcionan la empresa hace un cálculo de consumo a partir de un estándar de 30 litros de gas por día en una familia. No obstante, niegan que se trate de un estándar, pero igual lo aplican. Siguiendo este estándar, se calcula el presunto consumo de gas en el tiempo que se estima a partir de la última toma, y salen cifras de varios miles de pesos de adeudo. Al llegar a este punto, las amenazas y las sugerencias de fraude suben de tono para amedrentar al consumidor, y muchos se asustan y aceptan el módico plan de pagos que les ofrecen vía el referido convenio.
Todo intento de aclaración se convierte en una abierta negociación para convencer al consumidor que debe pagar, no importan sus alegatos, sólo que pague.
A lo anterior debemos agregar que si el consumidor sube su queja a la presidencia de la gasera, se tropezará con la señora Patricia Roque Cerda, que está encargada de atender las quejas y es una nulidad hasta para expresarse en español, por lo que no obtendrá nada concreto por esta vía.
Muchos vecinos mencionan que tampoco sirve ir a la Procuraduría Federal del Consumidor, pues la misma está coludida con la gasera.
¿Estamos inermes ante una injusticia de grandes proporciones en la que se han asociado para explotarnos la empresa gasera española y los gobiernos local y federal? Parece que si. Y ahora, ¿quién podrá defendernos? ¡No! Sólo falta que venga el Chapulín Amafiado.

lunes, 15 de agosto de 2011

8. PEQUEÑOS MUTANTES

Hoy encontramos en la prensa una noticia sobre una denuncia que hace la Red por los Derechos de la Infancia en México (ReDIM) en relación al trabajo al que se somete a los niños en el programa televisivo El gran show de los peques, de la cadena Televisa. Este show es continuación del programa de concurso Pequeños gigantes, que fue tan exitoso en la televisión dominguera, a pesar de las atinadas críticas que le hizo Álvaro Cueva en el periódico Milenio en referencia al deleznable gusto de hacer a los niños actuar como adultos, con actitudes homófobas y haciendo el ridículo, entre otras lindezas que tuvieron que realizar.
Resulta que la ReDIM la emprendió contra Televisa apelando al derecho de los menores de 14 años a no tener que trabajar, con lo que se metió en camisa de once varas, pues aunque México haya suscrito un tratado internacional en la materia, la legislación nacional para proteger los derechos de los niños, así como las instituciones para hacerla efectiva casi son inexistentes.
En la misma nota de prensa, indica que la Comisión de Derechos Humanos del DF y la Comisión Nacional de Derechos Humanos no actúan en favor de los menores si no se prueba que se pone en riesgo su integridad, aunque en este concepto no consideren que se les trate como adultos, que se les discrimine y que se atente contra su psicología.
¿Qué país esperamos tener en el futuro si continuamos dejando a la deriva a nuestros niños? Entre los varios casos que conocemos de injusticias contra menores, hace unos años supimos del caso de una menor que fue secuestrada por parientes lejanos para poder cobrar la pensión de su madre muerta y para quedarse con todas las posesiones que le dejó la difunta. Todos los esfuerzos de una tía abuela de la niña fueron infructuosos, a pesar de todo el dinero que gastó y todos los engorrosos trámites que debió pasar. Luego de que la acusaron de intento de secuestro por esperar a la niña a la salida de su escuela para informarle su estado financiero, la tía abuela consultó con un abogado para saber cómo podría hablar con la huérfana por la vía legal, recibiendo por respuesta que esa posibilidad no existe en la ley mexicana y que había visto muchos programas de televisión gringos.
La tía abuela falleció sin ver arreglado el problema y sin haber podido rescatar a la niña, y poco tiempo despues los secuestradores comenzaron a dispendiar todo lo recaudado como herencia. La niña acaba de cumplir 18 años y según las leyes mexicanas ya tiene derechos, pero no tiene dinero. Esa es la justicia a la mexicana para nuestros niños.
Por este motivo, la propuesta que difunde Televisa complica el panorama de los derechos de nuestros niños y sólo está engendrando mutantes, pequeños mutantes que luego pasarán a ser grandes olvidados de la farándula o seres lastimados, de esos que abundan en nuestra programación de chismes de famosos.
¿Será ésta otra estrategia del gobierno o de nuestras élites o de los dueños de los emporios televisivos para acabar con el narco? ¿Esta estrategia consistirá en dar empleo a niños para que no los contrate el narco? Seguramente tendremos respuestas pronto, pues no pueden impedir que los niños crezcan.